Las bibliotecas públicas, que hasta 2009 vieron crecer sus presupuestos durante los últimos cinco ejercicios, sufrirán recortes por segundo año consecutivo: la partida para comprar libros se reduce a la mitad. Este año, el Ministerio de Cultura dispone de diez millones de euros para financiar, junto a lo que aporten las autonomías, la compra de ejemplares, frente a los 20 millones que invirtió en 2010. El fuerte endeudamiento de las autonomías, además, restringe la posibilidad de cofinanciación con algunas de ellas, al no contar con la preceptiva autorización de Hacienda, por lo que en algunos casos esa inversión, directamente, desaparecerá.
El año pasado ya se había reducido el presupuesto ministerial en otros diez millones con respecto a 2009, cuando la inversión alcanzó su techo: 30 millones de euros por parte del ministerio y cerca de otros 20 millones aportados por las comunidades, según fuentes del Ministerio. También en 2009 España superó por primera vez el indicador que fija la Unesco como el mínimo que deben cumplir los países desarrollados: 1,5 volúmenes por cada habitante. La inversión total por habitante se redujo en 2009, hasta los 1,34 euros per cápita, un 40% menos que el año anterior.
"El objetivo era superar ese indicador que España, aún siendo la cuarta potencia editorial del mundo, no cumplía. Y se ha cumplido", señala Rogelio Blanco, director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, que a pesar del cambio de tendencia, mantiene el optimismo. "En 2004, el presupuesto que heredó el ministerio del gobierno anterior para la compra de libros era de 129.000 euros", recuerda. "Estamos poniendo en riesgo la recuperación de ese atraso", sostiene, al contrario, José Antonio Gómez, profesor de Biblioteconomía de la Universidad de Murcia. Los datos globales de la inversión bibliotecaria para 2010 aún no se han hecho públicos.
"Las bibliotecas sufren bastante los recortes porque se perciben como gasto y no como inversión", según José Antonio Gómez, autor de La biblioteca pública frente a la recesión, lo que termina convirtiéndolas en blanco fácil. "Cada euro que se invierte, sin embargo, genera mucho capital social: permite el aprendizaje permanente, ayudamos a la gente a mejorar sus competencias, a buscar trabajo, incluso hay personas sin recursos que van a la biblioteca a consultar internet", explica Gómez. En España hay actualmente 8.219 bibliotecas públicas: el 96% de ellas son de titularidad municipal.
Lectores desempleados
En efecto, los recortes coinciden con el papel cada vez más importante que muchas bibliotecas están desempeñando frente a la crisis: lugar de estudio y conocimiento para muchos parados, en algunas comunidades funcionan además como centro de formación para desempleados. "Muchos parados están aprovechando el desempleo para volver a estudiar y para regresar a la lectura", explica Mercè Muntada, presidenta del Colegio de Bibliotecarios y Documentalistas de Catalunya.
Las bibliotecas se están adaptando a las circunstancias, en más de un sentido. "Sentimos la crisis, pero además intentamos contribuir a mitigarla en lo que podemos", afirma Javier Aparicio, director de la Biblioteca Regional de Murcia, por donde pasan al día unas 3.000 personas, muchas de ellas paradas. Hace cuatro años, Murcia no distaba mucho del pleno empleo y ahora bordea la media nacional, un 21,3% a finales de mayo: "Nos hemos convertido en un centro de interés sobre cómo buscar empleo, realizar las entrevistas, etc.", añade.
Murcia es una de las comunidades que, debido a su alto nivel de endeudamiento, no podrá suscribir este año el convenio con el Ministerio. Si el año pasado esa comunidad invirtió casi 1.300.000 euros en comprar fondos (la mitad sufragados con el programa del Ministerio), este año la inversión será cero.
Catalunya tampoco recibirá este año ninguna subvención ministerial, por la misma razón: su fuerte endeudamiento. El convenio prevé una financiación conjunta, lo que supondría un aumento del gasto autonómico, por lo que el informe del ministerio de Economía y Hacienda ha sido también negativo. El año pasado, el acuerdo supuso una inversión de casi tres millones y medio de euros, que aportaron a partes iguales el gobierno central y el autonómico. Aún así, la Generalitat prevé destinar casi cinco millones de euros por su cuenta.
Tampoco firmará el convenio Andalucía, que el año pasado invirtió 900.000 euros. "La situación presupuestaria no lo permite", según Julio Neira, director general del Libro de la Junta. "Hemos preferido volcar el esfuerzo en las ayudas al fomento de la lectura en las bibliotecas", aclaró Neira, cuyo departamento dedicará 2.500.000 de euros a esos programas.
En otras comunidades, como Galicia y Extremadura, si bien han podido seguir recibiendo las ayudas, han visto cómo se han reducido en casi un 40% y un 25%, respectivamente. En el caso gallego, los recortes están afectando también a la programación de actividades culturales, que se subvencionan a través del programa Letras vivas. "La falta de liquidez está haciendo que se cierren los ejercicios presupuestarios de golpe y sin avisar", explica Isabel Blanco, Vicepresidenta de la Asociación de Archiveros, Bibliotecarios, Museólogos y Documentalistas (Anabad-Galicia).
Frente a estos recortes, el ministerio ha mantenido las ayudas al sector editorial. Tanto para las revistas culturales con destino a las bibliotecas, como para los libros. En esta última partida, las ayudas han aumentado un 30%, a través de la compra de ejemplares, hasta los 3.700.000 euro.
País Vasco y Navarra, dos excepciones
País Vasco y Navarra suponen una excepción a la tendencia general en el resto de comunidades autónomas. Lejos de reducir la inversión bibliotecaria en 2011, la han aumentado respecto al ejercicio anterior. En concreto, la partida contemplada en los presupuestos del País Vasco para 2011 ha crecido hasta los 2.178.700 euros, frente a los 1.802.516 invertidos en 2010. La mayor partida, destinada a la compra de libros, también crece: hasta los 837.000 euros (100.000 euros más que el año anterior), informa Guillermo Malaina. En el caso de Navarra, el presupuesto global también ha aumentado. "Aunque en nuestro caso tenemos circunstancias especiales: hemos construido una nueva biblioteca y la filmoteca de Navarra", explica Fermín Guillorme Rodrigo, director del Servicio de Bibliotecas. "La priorización de gastos se ha dedicado a esos equipamientos", añade. En Navarra, además, a diferencia de la mayoría de comunidades, donde la titularidad de las bibliotecas corresponde a los municipios, el personal que las atiende depende del gobierno autonómico: "Ni ha habido recorte de personal ni lo habrá", afirma Guillorme. Ni Navarra ni País Vasco, por su especial relación fiscal con el Estado, se acogen al programa de cofinanciación del ministerio de Cultura.
Fuente: Público.es
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